Cuando salga la luna, todos vamos a gritar: ¡Llegó la Navidad!

¡¡¡Ho, Ho, Ho!!! ¿Cómo andáis, gente? A mí me parece que me acerco por fin a las vacaciones. Ya casi (¡casi!) se van acabando las audiciones, los conciertos y puedo desordenar mi cabeza como a mí me gusta: sin fechas ni horas y sin nervios. Ahora sólo quiero que mi vida gire alrededor de mi caja de mantecados. Eh, no pido demasiado.

(Adoro mi caja de lata)

Ya tenemos la Navidad encima, con todo lo que ello supone: Compras, salidas para ver la iluminación de la ciudad, frío, muuucho frío, cenas con los compañeros de trabajo y con la familia... Y algún día que otro también acabamos acurrucándonos en el sofá con la manta para ver alguna película navideña, ¿no? 

Sí, lo sé, muchas de las películas navideñas son excesivamente empalagosas y con manidas moralejas para que nos portemos bien, pero oye, siempre está la excepción. Porque...¿quién no ha visto alguna vez en éstas fechas "Pesadillas antes de Navidad"?

Para mí es obligatorio decir que es una de las películas icónicas de mi infancia.
He tenido la suerte de que en casa han gustado mucho las películas de dibujos y cada Navidad había algún momento en que oíamos las voces de los habitantes de la ciudad de Halloween. Y por eso siempre he adorado las películas de Tim Burton y sus bandas sonoras. De hecho creo que el primer nombre que aprendí de un compositor fue el de Danny Elfman por la canción del baile del hielo de "Eduardo manostijeras". 

¡Vayamos a por la música! ¿Acaso no es genial la banda sonora? Todos hemos cantado alguna de sus canciones. Como la de la presentación:

¡Esto es Halloween, esto es Halloween! ¡Halloween, halloween! ¡Halloween, halloween!

Aquí la película enamora a cualquiera, con esa estética que grita "Tim Burton" y con esa forma de presentar a los personajes: todos diferentes, todos terroríficos. Y aunque me parece extraño pues siempre he sido enormemente miedica y era muy pequeña cuando la vi por primera vez nunca me dio miedo. Me resultaba tan divertida que no me paraba a pensar si verdaderamente alguno de ellos podría venir a mi habitación por las noches. Menos Zero. Quería con toda mi alma a un Zero de mascota. Adoro esa naricita iluminada. ¿No es adorable?

Además, ¿cómo podía temer a Jack después de escuchar sus lamentos en la colina del cementerio?

(En serio, es imposible tenerle miedo si además tiene la maravillosa voz de Antonio Miguel Fernández Ramos, un GRAN actor de doblaje)

Y después... ¡AHHH! ¡Llegó la Ciudad de la Navidad! Desconocida, colorida, iluminada, tierna, alegre y feliz... ¿¿¿QUÉ ES???

Quiero saber y conocer el sentimiento que encontréee, OH, ¿QUÉ ES?

(Fan del bocao' bien dao' que le da a la nieve y lo a gusto que se queda)

En fin, ésta película es para verla siempre, da igual la edad que tengas y la época a la que pertenezcas. Mi hermana, que es maestra, la ha puesto a sus pequeños de seis años alguna vez y les ha chiflado, a pesar de la calidad dudosa de muchas de las series de dibujos animados que mantienen a los niños sobreestimulados con historias que muchas veces ni siquiera son convenientes para un buen aprendizaje. Las películas con tramas elaboradas, personajes completos y originales, paisajes trabajados y la música bien pensada para cada momento sigue conquistando, aunque la cinta tenga ya casi veintitrés años (¿EN SERIO? ¿TANTO?).

¿Qué os parece ésta película? ¿Os gustan las obras de Tim Burton? ¿Y las bandas sonoras de Danny Elfman? ¡Quiero leer opiniones! 

Cuando salga la luna, todos vamos a gritar: ¡Llegó la Navidad!