domingo, 3 de enero de 2016

Nuevo año, ¿nuevos comienzos?

¡Hola, gente! Sí, lo sé, llego tres días tarde para felicitaros por la llegada del nuevo año, pero es que éstas fechas en ocasiones me aturden a sobremanera. 

A pesar de lo apetecibles que suenan las palabras "vacaciones de Navidad" tengo que reconocer que casi me apetece volver a la rutina. Porque me cansa tanta comida, tanto estrés por conseguir y preparar regalos, tantos planes que situar en éstos días. Y no es del todo porque yo me vuelva loca buscando regalos y organizando cenas, sino porque se respira la prisa allá  donde vayas. Vas a dar un paseo a la ciudad y todo el mundo va corriendo, mirando los escaparates y comprando casi compulsivamente. 

(Madrid el mes pasado)

Y comprendo que os suene típico, pero es por esto por lo que no me ha apetecido escribir una entrada. Hasta ahora.

Me topé con uno de esos mensajes en facebook en los que te aparece el santo de turno con una frase de que a saber quien iba a rezar para que en el nuevo año vinieran todos los milagros que dios no nos había concedido en el anterior. Y sinceramente, ahí ya me enfadé con el mundo.




Es genial contar con todo lo que un nuevo año puede brindarnos. Retos y proyectos que comenzar y continuar. Ilusión por ver cuántos cambios acontecen y deseo de conseguir todo lo que no conseguimos el año pasado. Sí, todo esto es genial. Pero algo está claro: no podemos esperar que algo cambie por el hecho de estrenar un calendario.

La vida sigue su camino sin tomar esto en cuenta y no se detendrá por pedir que no pasen cosas malas durante esos 365 días. El verdadero cambio está en como afrontemos los sucesos que nos marcan y en apreciarlos por lo que son: oportunidades.

Porque sí; van a pasar cosas malas. Y no me refiero a que no vayamos a sufrir y que cada vez que algo salga mal bailemos una polka, pero hay enfocar lo que sea que pase desde otra perspectiva, pues sólo merecerá la pena si podemos aprovechar la enseñanza que puede aportarnos y abrazar los malos momentos porque son parte de lo que será nuestra historia, lo que nos defina.

También pasarán cosas buenas. Que digo buenas, maravillosas. Y sólo lo serán si somos capaces de apreciarlas. Es increíble la cantidad de cosas que nos perdemos por no estar pendientes: la lluvia, el frío. El viento helado que parece que te corta la piel de la cara y el Sol que nos deslumbra cuando llevamos algún tiempo sin salir. La mirada de alguien que te quiere y las voces de las personas que amas. El momento culmen de tu canción favorita y esa frase que se presenta en el momento adecuado, como si el destino la hubiera puesto ahí para ti, cuando más la necesitas.

(O ver a esta ardilla. Si yo tuviera un día horrible y luego viera esto todo cambiaría, estoy segura)

La cuestión es que es fácil encontrar satisfacción si sabemos donde buscar. Se halla en las cosas más sencillas, en nosotros mismos y nuestro alrededor, porque si las necesidades básicas están cubiertas, tenemos todo lo que necesitamos para ser felices. El resto es cosa nuestra.

Así que para este año nuevo no voy a desearos prosperidad y que todo sea fácil, sino que os descubráis y uséis todo vuestro potencial para conseguir lo que os propongáis. Os deseo retos e ilusión para afrontarlos.




2 comentarios:

  1. Chapó
    En serio, me quitaría el sombrero si lo tuviera, porque eres la primera que da un mensaje realmente sincero en estas fechas, no llendo a los topicazos y diciendo exactamente lo que piensas.
    Un placer tenerte de vuelta, por cierto :3
    Un beso
    Lena

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    1. Gracias Lena, me encanta leer tus comentarios en el blog. Pronto volveré con las BSO. :D

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